Las personas dejamos huellas o heridas, y ambas nos ayudan a incrementar nuestro patrimonio de sabiduría y redescubrir el camino a seguir. No se trata solo de recordar ni de valorar lo vivido, sino de aprender del camino y remotivar los pasos a dar, siempre nuevos, aunque siempre contextualizados.
Entre los aspectos peculiares del presente trabajo de investigación, podemos mencionar el “silencio” de las palabras de sus protagonistas en medio del ruido de la selva, que está gritando su legítimo derecho a vivir y existir, aunque las máquinas les quiten la palabra y los innumerables “intérpretes” se atrevan a explicar lo que no saben.